A ninguno de nosotros nos gusta la adversidad. En lo personal, no me agradan para nada las tormentas, porque siento que mi barca se hunde, porque siento que el mar se abalanza sobre mi y porque no sé qué rumbo tomar. En las tormentas de la vida es cuando realmente nuestra fe es probada.
Pedro alentaba a los cristianos a no olvidar la herencia que tenemos en los cielos, la cual está guardada para nosotros por la fe en Jesús.
Él decía: "Por eso, alégrense, aunque sea necesario que por algún tiempo tengan muchos problemas y dificultades. Porque la confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se prueba con fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se prueba por medio de los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir.
Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que se ha probado tanto merece ser muy alabada. Ustedes, aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras. Ustedes viven alegres porque ya saben que Dios los salvará, y por eso confían en él." 1 Pedro 1:6-9 (Traducción Lenguaje Actual)
¡Este correo menjase es simplemente para recordarte que las tormentas son pasajeras! No durarán para siempre. Tal vez tu cielo esté cubierto de nubes negras y amenazantes, pero pronto vendrá el Sol de Justicia, así que:
"Vive con alegría tu vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vive con alegría tu vida cristiana! Que todo el mundo se dé cuenta de que ustedes son buenos y amables. El Señor viene pronto. No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo."
Cuando el apóstol Pablo era perseguido por su fe, él dijo: "Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.2 Corintios 4:8-9 (TLA)
Por eso el salmista oraba: "Cuando me encuentro en problemas, tú me das nuevas fuerzas. Muestras tu gran poder y me salvas de mis enemigos". Salmos 138:7 (TLA)
Hoy Jesús te dice, como se lo dijo a sus discípulos:
No te preocupes. Confía en Dios y confía también en mí...Te doy la paz. Pero no una paz como la que se desea en el mundo; lo que te doy es mi propia paz. No te preocupes ni tengas miedo por lo que va a pasar pronto... Juan 14:1 y 27 (TLA)
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